-El Tao es eterno-
te digo
y suena Keane
mientras me deslizo
en tu cuerpo
y te adueñás
de mi cama
-Existe lo que
no se nombra-
cito el Tao Te Ching
mientras recorro
tus labios-
mejillas-
pestañas-
Sigue sonando
Keane-
Pregunto:
-Es un grupo inglés-
respondés-
un beso-
- Coger al ritmo
de Keane-
decís-
Y me callo que
el Tao es eterno-
Todo eso
transcurre
entre tus labios
y pestañas-
Intentando
curarte
las cosquillas
de los pezones
-Como a un caballo-
te digo
-Caricias
primero firmes
poco a poco
más suaves-
Intento
descubrir
tus orejas
tan sensibles
- ¿Qué te hicieron, bebé?-
pienso
-¿Qué malas mujeres
no te curaron
las cosquillas?-
Y suena Keane
-Encadenamos besos
mientras nos fusionamos-
recordabas el otro día
-Coger escuchando
Keane-
te reís-
- Si el Tao es eterno
puede esperar
a este ahora-
pienso-
Labios-
pestañas-
mejillas-
pezones-
orejas-
cosquillas
de tu cuerpo-
gemidos
de víbora-
cadenas de besos-
fusionados-
El Tao
no se nombra-
No sé si es fusión-
no sé si es ebullición-
Suena Keane
en la tele-
El Tao es eterno
y nuestros cuerpos
sí se nombran-
Coger escuchando
a Keane-
Olvidé mencionar-
por si no lo notes-
que un rato antes
leía el Tao Te Ching-
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