Allí nació mi Isabella Arami (Ara-Isa)... la pequeña nutria. Esperada y amada. A los dos jóvenes médicos, que nos asistieron en el embarazo y parto, los llamábamos los "Doc-Rambo", por sus batas estilo musculosa con tachas. Fue un largo parto natural con 24 horas previas de incertidumbre, porque la niña no se decidía a salir al mundo. Los "Rambo" habían nombrado al pequeño cielito guaraní (Arami) como Arami-Himelchen (diminutivo cariñoso de cielito en alemán) y así nos anunciaron cuando ella nacía: "Llegó Arami-Himelchen". Sonreían desde el fondo de los ojos y quién sabe... tal vez alguno de ellos tiene hoy su propia Arami-Himelchen. Le inspirábamos ternura al personal del hospital. Quizás porque yo era una mamá muy joven para la realidad contemporánea de ese país. Eramos famosas: Mónica de Paraguay y su Arami-Himelchen...
¿Existe la felicidad?, me preguntaba hasta entonces... y no fue hasta entonces que logré responderme... Resulta que sí... Para mí la felicidad sí existe, aunque no como un estado permanente... Yo la conocí o re-conocí, por primera vez en mi vida, una blanca mañana de finales de invierno... Me encontraba muy lejos de casa pero resulta que ella... la felicidad... no dudó en buscarme...
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