En mi casa
los clavos sostenían
cuadros y baratijas-
Al pasar los años-
cada clavo- a su tiempo
cayó y se dejó caer-
Siempre sospeché
que sería cosa
de fantasmas juguetones-
y llegó un día
en que no tuve dudas-
Me sentí segura-
A partir de esta certeza-
ya nunca
se cayeron los cuadros-
Ahora-
se prenden y apagan
las luces-
se prenden y apagan
solas-
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